sábado, 18 de junio de 2011

¿QUIEN DEBE PROMOVER LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?




Es una cuestión que está en manos de muchos.

Los directores de las escuelas deben promover el aprendizaje social y emocional.

Dado que los directores de las escuelas son los líderes principales de la escuela local, ellos tienen una mayor responsabilidad en la implementación de los programas de aprendizaje social y emocional (SEL). Ellos pueden apoyar este aprendizaje de las siguientes maneras:
Expresando al personal de la escuela y a las familias, que están comprometidos a que el aprendizaje social y emocional (SEL) sea una prioridad en toda la escuela.
Desarrollando y estableciendo una visión común y compartida del desarrollo social, emocional y académico de sus estudiantes.
Apoyando una evaluación que determine las necesidades y los recursos de toda la escuela.
Creando oportunidades para los maestros y el personal administrativo para que participen en el desarrollo de un plan de acción para implementar el aprendizaje social y emocional (SEL).
Asegurándose de que todos los miembros del personal administrativo cuenten con el desarrollo profesional y el apoyo para implementar los programas desde el inicio y de manera constante.

Teniendo disponibles los recursos necesarios para implementar el plan de acción de aprendizaje social y emocional (SEL).
Involucrando a los demás en el ejercicio de funciones de liderazgo y de toma de decisiones en la escuela.
Presentar formas de resolver conflictos beneficiosos para todas las partes.

Los maestros también deben promover el aprendizaje social y emocional.

Además de la enseñanza de las habilidades sociales y emocionales, la participación de los maestros en la promoción de dichas habilidades, va más allá del salón de clase, incluyendo lo siguiente.
Participar en el comité o equipo escolar que elije el programa de aprendizaje social y emocional y vigila su implementación y la evaluación de las actividades del aprendizaje social y emocional.
Mantener comunicación constante con las familias de los estudiantes acerca de las actividades de aprendizaje social y emocional realizadas en el salón de clase, para recomendar que se refuerce éste aprendizaje en casa.
Hacer representaciones y crear oportunidades para que los alumnos puedan practicar y aplicar las competencias sociales y emocionales en el salón de clase.
Hacer uso de métodos de enseñanza participativos que hagan uso de la experiencia de los alumnos y que les inviten a formar parte del proceso de aprendizaje.
Utilizar habilidades del aprendizaje social y emocional en la enseñanza de las materias académicas para mejorar la comprensión de los alumnos. Por ejemplo, en las lecciones de humanidades o de ciencias sociales, se puede animar a los estudiantes a discutir acerca de si un determinado personaje o una persona histórica fue capaz de entender los sentimientos de los demás, o fue hábil en la resolución de los conflictos.
Los padres pueden promover el aprendizaje social y emocional

Los padres pueden promover el aprendizaje social y emocional de sus hijos aprendiendo más acerca de las propuestas de educación emocional y social y de los modelos de comportamiento que se ofrecen en sus escuelas; y adoptando prácticas que refuercen el aprendizaje de las competencias sociales y emocionales de sus hijos en casa. Ejemplos de estos esfuerzos incluyen:
Participar en las reuniones de familia en sus escuelas para informarse más acerca de las propuestas de aprendizaje social y emocional (SEL).
Preguntar a los maestros cómo se aplica el aprendizaje social y emocional en la escuela.
Participar en la planeación, implementación y evaluación de los programas de aprendizaje social y emocional de su escuela.
Participar en los programas de formación de aprendizaje social y emocional (SEL) para familiarizarse con los conceptos de dicho aprendizaje que se enseñan en la escuela de sus hijos.
Ofrecerse como voluntarios para apoyar en los salones de clase de sus hijos.
Participar con su hijo en las tareas o deberes relacionados con el aprendizaje social y emocional.
Poner énfasis en los puntos fuertes de sus hijos, antes de considerar qué otros aspectos podrían mejorarse.
Hacer una lista de palabras que reflejen sentimientos u emociones con sus hijos, y convertirse en un “entrenador de emociones” motivando a sus hijos a expresar sus sentimientos.
Brindar elecciones a sus hijos, preguntarles qué pueden hacer para ayudar a resolver un problema y ayudándoles a identificar las ventajas y desventajas de las distintas soluciones.
Asegurarse de que las consecuencias del mal comportamiento de los hijos sean justas y que se aplican de forma constante.
Motivar a sus hijos a compartir y a ser serviciales con los demás, participando en los proyectos de servicios en sus comunidades.

Los profesionales de los servicios de apoyo a los estudiantes promueven el aprendizaje social y emocional.

El conocimiento que los profesionales de los servicios de apoyo a los estudiantes aportan acerca del comportamiento humano, de la planificación y evaluación de los programas, de las estrategias para el control del salón de clase, de los recursos comunitarios y de los desafíos para el aprendizaje que los estudiantes puedan tener en casa; les convierte en miembros importantes de un comité de control de aprendizaje social y emocional. Su punto de vista respecto a las necesidades de los estudiantes y los recursos que se están utilizando para satisfacer estas necesidades son esenciales para una evaluación correcta de las necesidades y recursos del aprendizaje social y emocional. Debido a que su trabajo no se limita al salón de clase, también aportan un punto de vista importante al identificar las necesidades de la escuela en general con respecto del aprendizaje social y emocional.
En equipos pequeños, estos profesionales de apoyo pueden reforzar, en aquellos estudiantes que necesiten más práctica, las instrucciones del salón de clase sobre el aprendizaje de las habilidades sociales y emocionales. Cuando hablan con los padres acerca de los desafíos para el aprendizaje a los que se enfrentan los niños, los profesionales de los servicios de apoyo a los estudiantes pueden utilizar el lenguaje de aprendizaje social y emocional que se usa en el salón de clase. Cuando hablan con los maestros acerca de los temas relacionados con el manejo de la clase, pueden evaluar los problemas y sugerir soluciones que se relacionen con las habilidades sociales y emocionales y las características de un entorno de aprendizaje seguro y comprensivo. Cuando desarrollan y evalúan los progresos de aquellos estudiantes de educación especial, o con necesidades especiales, pueden relacionar sus metas específicas a las pautas del aprendizaje social y emocional.
Estos profesionales suelen ser el enlace entre las escuelas y los servicios comunitarios a los que los alumnos pueden acudir. Como tales, pueden por tanto extender el marco del aprendizaje social y emocional a estas relaciones.
Finalmente, la coordinación entre el aprendizaje social y emocional en el salón de clase con los servicios que ofrecen los profesionales de apoyo a los estudiantes resulta especialmente eficaz en la promoción el éxito en la escuela de aquellos niños que tienen problemas sociales, emocionales o mentales que puedan interferir con su aprendizaje.

Los colegios SEK son pioneros en este nuevo modelo de educación.

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